En textil, el futuro se imprime sostenible
Encarna Luque, Senior Product Manager Inks and Textil Roland DG EMEA
El sector de la impresión textil está viviendo un cambio de modelo de negocio, fruto del contexto actual, de los nuevos hábitos de consumo y de una mayor presencia de los sistemas digitales de impresión versus los tradicionales. Además, el incremento de la producción local a través de pequeños centros de producción, en parte debido al incremento de los gastos de transporte y de combustible, es una clara tendencia. Analizamos con Encarna Luque, Senior Product Manager Inks and Textil de Roland DG EMEA, el presente y futuro de la impresión textil.
De dónde venimos
La impresión textil, conocida en sus inicios como estampación, partía de sistemas analógicos, los sistemas tradicionales, basados en la serigrafía de pantallas, o bien la serigrafía rotativa de cilindros. Estos sistemas estaban pensados para producir un número elevado de tiradas de un mismo estampado, con lo cual, el coste fijo que requerían las pantallas o los cilindros se repartían en todas las muestras o estampaciones que íbamos a hacer y, por lo tanto, este coste apenas tenía un impacto en el precio final.
En contrapartida, los sistemas analógicos tienen unos costes fijos elevados con tiradas cortas ya que el impacto del coste fijo repercute más sobre la unidad. Además, consumen mucha agua y electricidad (las pantallas y los cilindros se tienen que lavar) y requieren de almacenaje. Sin embargo, los sistemas tradicionales que todavía siguen activos tienen una serie de ventajas: en tiradas largas siguen siendo unos sistemas más económicos y a nivel de durabilidad la estampación textil es la que nos da mayor duración en resistencia al lavado, al roce, al uso continuo, etc.
Los cambios tecnológicos llegan a la impresión textil
La tecnología y los nuevos sistemas digitales han sido clave en los cambios del proceso de impresión. La digitalización de los procesos de producción con impresión textil, tanto mediante transferencia térmica como mediante impresión directa sobre tejido o prenda, supone una reducción importante del consumo de agua. Además, en estos casos no tenemos un coste fijo que tengamos que imputar cada vez que hacemos un diseño, por lo tanto, no nos vemos obligados a hacer una gran tirada. Podemos hacer tiradas cortas y con el sistema digital minimizamos costes fijos. Como puntos a mejorar, la durabilidad es menor si bien existe un sistema, la sublimación, que incrementa la durabilidad al lavado.
Sistemas de impresión digital
Dentro de los sistemas digitales de impresión directa, tenemos tres categorías principales:
- Direct to Garment (DTG) en el que la pieza ya está confeccionada.
- Direct to Textile (DTT): es cuando ponemos una pieza de tejido que no está confeccionada.
- DTF (Direct to Film): es un sistema mixto entre las dos anteriores muy utilizado últimamente, tiene una parte que es impresión directa sobre un film pero después hay que transferirlo sobre el tejido.
Cuando hablamos de impresión directa en el mundo digital nos referimos en gran medida a la tinta pigmentada porque es la tinta más compatible con diferentes tipos de tejido, pero el tejido tiene que haber sido tratado anteriormente. Dependiendo del porcentaje de algodón que lleve esa prenda, aplicaremos un tipo de tratamiento u otro.
En el sistema tradicional cada tipo de tejido tiene su tinta. La pigmentada es la que sirve en general para todo. Pero si queremos imprimir sobre algodón la mejor tinta es la reactiva, aunque esto requiere una serie de tipo de lavados que son costosos.
En cuanto a los sistemas digitales de estampación por transferencia, también las clasificamos en tres categorías:
- Sublimación: es la técnica más conocida. Imprimimos sobre papel, lo aplicamos sobre la prenda y aplicamos presión y calor a una temperatura de unos 200 grados. La tinta se vaporiza y se impregna en la prenda. Para que esto suceda el tejido debe ser poliéster o tener un porcentaje alto del mismo.
- Vinilos de transfer: vinilos que podemos imprimir o imprimir y recortar y algunos llevan efectos especiales, purpurina, efectos holográficos…Una vez impresos o recortados, los pegamos con presión y calor sobre el tejido.
- DTF (Direct to film): es la segunda parte de esta técnica. Para que se aplique al tejido, a la imagen impresa en el film se le añade una cola y recortamos la imagen mediante calor y presión al tejido deseado. Al ser una cola, se puede pegar sobre cualquier tejido.
No existe una tecnología que sea la mejor, depende del uso y para ello debo preguntarme qué objetivos tengo, de qué inversión dispongo y qué tipo de local tengo.
La impresión textil mira hacia la sostenibilidad
En los últimos años, el consumidor ha variado sus hábitos de consumo. Estos cambios, asociados a compras más frecuentes e impulsivas, un incremento del comercio electrónico y una demanda de mayor personalización también han generado una modificación de procesos en el fabricante, que ha tenido que incrementar las tiradas cortas intentando reducir los costes para seguir siendo competitivo. Además, hemos pasado de grandes áreas productoras concentradas en determinadas zonas del mundo a microfactorías porque ya no son necesarias las producciones masivas.
En la conocida como moda low cost y fast fashion, la impresión digital, por el hecho de no tener costes fijos que imputar, es un sistema óptimo.
¿Pero qué consecuencia tiene este modelo de negocio? Es más barato, más diverso, y en líneas generales las prendas son de menor calidad, pero se generan toneladas de residuos textiles. Aunque la impresión digital está subiendo, actualmente un 7%-8% es digital, el resto sigue siendo impresión analógica. Hay mucho recorrido todavía por hacer.
Aparte del residuo textil elevado, hay mucho gasto de energía -agua y luz- en la impresión tradicional. Por ejemplo, para fabricar una camiseta de algodón se gastan 2.700 litros de agua. Esto nos da una idea del gasto de energía y agua que está detrás del textil.
Para 2030 hay una serie de objetivos a cumplir en cuanto a producción textil y para 2050 se espera que realmente esté implantada una economía circular en el sector.
Resumiendo:
- El consumidor se quiere sentir único: aquí ganan protagonismo la personalización y la inmediatez.
- El productor quiere reducir costes y optimizar el flujo de trabajo.
- La regulación pretende proteger los recursos del planeta y promover la economía circular.
- Esto nos lleva a plataformas digitales y modelos de negocio nuevos.
De papel y tijeras a prendas inteligentes
Hemos pasado de un mundo analógico y tradicional, en el que el patronista lo hacía todo a mano y a medida, a un mundo digital y automatizado. Esta evolución nos ha traído una gran variedad de posibles usos con los llamados tejidos funcionales y los tejidos inteligentes. Por ejemplo, se han desarrollado materiales con sensores de temperatura para avisar cuando una persona tiene fiebre; tejidos con circuitos internos, combinación de serigrafía y sublimación, que al entrar en contacto con el agua cambian de color; camisetas para embarazadas con unos sensores que controlan el estado del feto y se pueden conectar en remoto con el centro médico para monitorizar embarazos de riesgo; plantillas del pie con sensores pensadas para la gente mayor que avisan del riesgo de caída; camisetas que detectan una herida y realizan un torniquete.
La impresión textil digital tiene por delante un futuro con infinitas posibilidades. Y es que siempre parece imposible hasta que se hace.
Cristina Benavides, colaboradora de Graphispag
Fuente: https://www.graphispag.com/en-textil-el-futuro-se-imprime-sostenible/
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